Descripción
Ficus Retusa variedad Tiger Bark
Familia
Moraceae
Origen
India, Java, China
Etimología
Del griego «sykos», así llamado el higo.
Características
Árbol tropical de hoja perenne. Muy apreciado por su gran resistencia y la emisión de raíces aéreas, que le confieren mucho carácter.
Situación
En zonas de clima mediterráneo, al exterior durante los meses de verano, en invierno proteger del frío. En zonas más frías, en invernadero todo el año.
Riego
De forma abundante en verano y moderada en invierno.
Curiosidades
La emisión de raíces aéreas es una característica de muchas especies de ficus. Mediante ellas, el árbol puede extender sus ramas y ocupar una gran superficie de terreno. El F. retusa también puede desarrollarse como epífito, germinando su semilla en la copa de otro árbol, habiendo sido depositada con la deyección de un pájaro u otro animal que haya ingerido sus frutos (higos). Desde ahí, emite sus raíces, que deslizándose por el tronco del árbol anfitrión alcanzan el suelo. En ese momento comienzan a engrosar, llegando a estrangularlo. Así recibe nombres como matapalo o dendrocida.
Su hábitat se encuentra en los países hermanos de América central y América del sur con climas cálidos y tropicales. La única precaución es que si tienes inviernos fríos pueden sufrir y morir (menos de 5ºC). El ficus tiger bark, aunque es una especie tropical, puede tolerar inviernos más fríos y poca humedad relativa, pero siempre que esté protegido.
Si la temperatura en tu ubicación es inferior a 5 ° C, debes asegurarte de que esté protegido, resguardada del viento o cubierta directamente para evitar las heladas (bajo cero), de lo contrario puede perder hojas. Si decides colocarlo en una casa, mantenlo alejado de fuentes de calor como calentadores y radiadores, y lo más cerca posible de las ventanas para que reciba la mayor cantidad de luz posible.
Algunos datos útiles para el cultivo del ficus
Como suele ocurrir, la gran difusión de estas especies se debe, en buena medida, a que se adaptan muy bien a condiciones de alta temperatura y poca luz y humedad. Las temperaturas más apropiadas son las que se encuentran entre los 13 y 24 ºC, aunque en general pueden vivir al exterior en zonas que no sufran heladas (es decir, donde la temperatura no baje de 0 ºC) incluso expuestas al sol.
Si se cultivan en interior, se debe procurar que les dé la mayor cantidad posible de luz natural.
Necesitan riego moderado: agua todos los días hasta que salga por debajo de la matera. En general, conviene observar que el drenaje del sustrato sea bueno y que este se halle seco antes de regar de nuevo. Si las hojas amarillean y tienden a caerse, será una señal de exceso de riego. En tal caso, hay que dejar de regar hasta que la tierra esté seca. Pero si las hojas se marchitan, el problema será el contrario: falta de agua.
Una característica de estas plantas es la secreción de una sustancia lechosa llamada látex. Su función original es proteger al ejemplar de posibles depredadores, además de sanar sus heridas. Contiene hidrocarburos, goma, alcaloides, aceites y enzimas, y durante mucho tiempo se empleó para la fabricación del caucho (de ahí el nombre árbol del caucho). Hay que tener cuidado con este látex, pues es tóxico para los seres humanos y el mero contacto con la piel puede causar irritaciones.
Poda y plagas del ficus
La poda que se utiliza con estas plantas es sobre todo de formación y para evitar que crezcan demasiado. De hecho, al podar las ramas superiores se favorece un mayor crecimiento de hojas en la parte inferior y se logra que el conjunto gane en frondosidad. Además, como se multiplican por esquejes, las ramas cortadas pueden dar lugar a nuevos ejemplares.
El ficus segrega una sustancia lechosa llamada látex, usada durante mucho tiempo para la elaboración de caucho
En general, tras la poda, el látex de la propia planta debería actuar como un cicatrizante natural. Pero si se observa que tarda en secar o que podría infectarse, los expertos recomiendan utilizar polvo de carbón o ceniza para acelerar el proceso.
Los ficus son muy resistentes a las plagas. Los agentes que más pueden afectarlos son las cochinillas, que se eliminan con alcohol metílico (aplicado con un trocito de algodón), y la araña roja, ante cuya aparición es conveniente pulverizar una solución de agua y algún acaricida. En menor medida, el ficus puede ser atacado por pulgones o sufrir el efecto de hongos en las hojas o bacterias que generen tumores en las raíces.