Bonsai de Ficus Nerifolia de 20 años y altura 24 cm

$3,500,000

Ficus Neriifolia

Medidas

Altura: 24 cm (incluida matera)

Ancho: 23 cm

Profundidad: 24 cm

Diámetro del tronco: 7.8 cm

Artista: Juan Carlos Arbeláez

Produce frutos como se muestra en la foto

Matera japonesa del alfarero de Kaoru Ito, fábrica de Bunzan de la prefectura de Fukui en la isla de Honshu (región de Echizen).

No se incluye mesa de exhibición

No están incluidos los gastos de embalaje y envío

 

Categoría:

Descripción

Ficus Nerifolia / Salicaria

Se llama ficus a un género compuesto por unas 900 especies vegetales, muchas de ellas arboles y arbustos de buen tamaño. También pertenecen a este mismo grupo muchos tipos de trepadoras y algunas de las plantas de interior más conocidas. De hecho, cuando se habla de ficus, en general es para aludir a algunas de estas especies de interior, como el llamado ficus lira (Ficus lyrata), el ficus benjamina (Ficus benjamina) y el árbol del caucho o gomero (Ficus elástica).

La higuera y muchos otros árboles de gran tamaño también forman parte del género de los ficus

Nombre científico o latino: Ficus neriifolia

Sinónimo: Ficus salicaria

Nombre común o vulgar: Ficus nerifolia

Familia:

Moraceae (Moráceas).

 

Origen:

Sudamérica.

Árbol de hoja perenne, bonito y muy apto para bonsái o mini-bonsái.

Fácil de distinguir por la posesión de hojas estrechas y lanceoladas.

 

Luz:

Buena iluminación o en sol directo, mantener hidratado especialmente en verano.

Si se cultivan en interior, se debe procurar que les dé la mayor cantidad posible de luz natural y artificial posible.

Temperaturas:

No resiste las heladas. Si se mantiene al aire libre, protegerla de temperaturas inferiores a 12ºC.

Evitar los cambios bruscos de temperatura.

Humedad:

Pulverizar la copa con agua a la temperatura ambiente, al menos una vez al día, durante la época de mayor calor.

Riego:

Dejar secar parcialmente el substrato entre dos riegos consecutivos, sobre todo en invierno.

Necesitan riego moderado: un vaso de agua todos los días. En general, conviene observar que el drenaje del sustrato sea bueno y que este se halle seco antes de regar de nuevo. Si las hojas amarillean y tienden a caerse, será una señal de exceso de riego. En tal caso, hay que dejar de regar hasta que la tierra esté seca. Pero si las hojas se marchitan, el problema será el contrario: falta de agua.

Una característica de estas plantas es la secreción de una sustancia lechosa llamada látex. Su función original es proteger al ejemplar de posibles depredadores, además de sanar sus heridas. Contiene hidrocarburos, goma, alcaloides, aceites y enzimas, y durante mucho tiempo se empleó para la fabricación del caucho (de ahí el nombre árbol del caucho). Hay que tener cuidado con este látex, pues es tóxico para los seres humanos y el mero contacto con la piel puede causar irritaciones.

Poda y plagas del ficus

La poda que se utiliza con estas plantas es sobre todo de formación y para evitar que crezcan demasiado. De hecho, al podar las ramas superiores se favorece un mayor crecimiento de hojas en la parte inferior y se logra que el conjunto gane en frondosidad. Además, como se multiplican por esquejes, las ramas cortadas pueden dar lugar a nuevos ejemplares.

El ficus segrega una sustancia lechosa llamada látex, usada durante mucho tiempo para la elaboración de caucho

En general, tras la poda, el látex de la propia planta debería actuar como un cicatrizante natural. Pero si se observa que tarda en secar o que podría infectarse, los expertos recomiendan utilizar polvo de carbón o ceniza para acelerar el proceso.

Los ficus son muy resistentes a las plagas.